Helen, cazadora de libros: Escalera Celestial

Tomás Duraj es un escritor valiente con una buena historia entre manos: Escalera Celestial, una historia que camina entre lo futurista y lo ancestral, donde se combinan historias pasadas, actuales y futuras.

“Déjame contarte una historia. Una historia sobre la vieja verdad, la terrible verdad, y … la posibilidad”

Esta es la manera que tiene Duraj de mostrarnos la idea de que las posibilidades manejan la vida. La frase la encontramos en la contraportada de la novela, sin sinopsis, y está bien así, es mejor dejarse llevar por la historia sin saber de antemano qué nos va a contar.

El comienzo es adictivo, con un ritmo que no da tregua. Es el año 2146 y conocemos a James L. Morgan, un joven al que han estado torturando durante dos años en unas instalaciones secretas de Industrias Kreister. Los dueños de esta empresa están buscando La Piedra Ancestral, un objeto poderoso que promete dar a conocer a su poseedor la clave de toda existencia. Convencidos de que Morgan sabe dónde se encuentra, los secuestradores harán todo lo que consideren oportuno para obtener información que los lleve a ella; no dudan, por ejemplo, en borrarle la memoria para dejar así el cerebro libre de información (como si de un disco duro se tratara) creyendo que les será más fácil acceder a la información que buscan y que tan bien escondida tiene Morgan. Este es el hilo conductor de la historia, la búsqueda de nuestro protagonista de sus recuerdos, su memoria, su pasado.

Un día entra en escena un amigo del que Morgan no recuerda nada, lo rescata y le dice que tiene que ir a un lugar llamado Koimos y aquí entra en juego ese sexto sentido que a veces tenemos los seres vivos de confiar en alguien sin saber por qué debemos hacerlo. Nuestro protagonista no duda de sus intenciones y sigue sus instrucciones, dando comienzo así a su odisea particular y con ello, nuestro viaje.

La lectura de Escalera Celestial no ha sido sencilla, está estructurada como las buenas obras de Gabriel García Márquez, sin separación entre distintos momentos temporales, entre pasado y futuro, entre sueño y realidad, y aunque me ha dado la sensación de que el autor lo hace a propósito, a veces me he sentido un poco desorientada. Pero creo que pretende hacernos navegar entre cierta confusión planificada para al final, con la obra ya en su conjunto, ese todo tenga un significado más completo.

Lo que más me ha gustado de la historia ha sido su originalidad, desde el principio nos muestra un mundo completamente nuevo y a medida que avanzamos en páginas descubrimos detalles necesarios para proseguir el viaje.

Sus más de 700 páginas podrían suponer para algunos lectores un inconveniente, pero cuando la historia está escrita correctamente y todo en ella cuadra, el número de páginas es indiferente y sólo te limitas a leer y seguir avanzando.

He visitado el mundo antiguo, he conocido poblados de supervivientes del futuro, he visto sueños sobre el amor verdadero y he conocido personajes que luchan contra viento y marea por seguir adelante, sin importar si lo que les impide avanzar es un cáncer, un secuestrador, un accidente o un malentendido. He aprendido un lenguaje perdido, he soñado despierta y he deseado unirme a una lucha que, al final, he hecho propia.

Escalera Celestial está repleta de personajes fuertes que harán las delicias de todos aquellos a los que les gusta lo místico, lo futurista, el amor, la amistad. Tiene muchos ingredientes bien combinados.

Un trabajo tan inmenso y bien documentado el que ha realizado Tomás Duraj, que merece la pena empezar su lectura para comprobar qué efecto causa en nosotros.

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